Atravesado por el deporte, el profesor Julio César "Tito" Bonesi siempre vuelve a su primer amor: el Independiente Atletic Club que lo vio crecer.
"Mi primer trabajo fue en la Refinería Esso, en el departamento comercial. Fueron 5 años… los últimos, salía a las 3 de la tarde. Me iba corriendo hasta la parada y me subía al Chevallier para llegar a Capital Federal. Es que mientras trabajaba, me di cuenta que yo quería ser profesor de Educación Física. Fue un esfuerzo importante, pero lo logré", dice Julio César Bonesi, "Tito" para todo el mundo.
Ya tiene 73 años y está retirado. Sin embargo todavía se le adivina aquella espalda anchísima que se le abrió merced a la natación. "Yo corría para el Campana Boat Club desde chico, me apasionaba. Todos saben que es uno de los deportes más completos", explica. La Pelota Paleta también fue un buen complemento, deporte que todavía practica de vez en cuando en su querido Independiente Atletic Club de la avenida Mitre, a metros de su casa de siempre, al lado de la Comisaría, sobre la calle Rawson.
Ya recibido, comenzó a hacer suplencias en diferentes escuelas de Campana, pero donde echó raíces fue en la Normal, donde por años y años estuvo a cargo del seleccionado de Handball. "Alberto (Di Prinzio) estaba a cargo del seleccionado de Vóley, y yo del de Handball. En general los chicos con condiciones eran convocados en el 3er. año, los formábamos y ya en 5to. explotaban… tuvimos grandes jugadores. No era obligatorio, pero además del estímulo que recibían en el colegio, muchos continuaban en la semana en algún club. Así logramos clasificar con la Normal a varias finales provinciales de handball… Con el tiempo, la de la Normal fue la primera cancha de dimensiones oficiales, de 40 metros, ¡la hicimos nosotros!", dice no sin orgullo.
También supo ser entrenador de Vóley para el equipo del Independiente Atletic: en los años 70´s fue la primavera de la extinta ANEV (Asociación Nor Este de Volleyball) que llegó a convocar a más de 10 equipos masculinos y femeninos de clubes de Campana, Zárate y Escobar.
Pero la verdadera alta competencia, vino de la mano del Fútbol y el Básquet. Luego de un paso por las inferiores, fue primero Ayudante y luego Preparador Físico de la primera de Villa Dalmine durante más de una década. "No era como ahora. Un cuerpo técnico eran el DT, el Ayudante, el Utilero y yo… En la pretemporada los jugadores iban trotando hasta el balneario municipal, ahí hacíamos trabajos de fuerza en la arena y después volvían trotando… eran 2 kilómetros y medio de ida, y otros tantos de vuelta. Yo a los muchachos les hablaba de la importancia de cuidarse, de la alimentación… que por el calor incorporaran vegetales, jamón crudo… y salta Eduardo Oviedo, el que después jugó en el Boca del "Toto" Lorenzo, y me dice: "Profe, no tengo para mortadela… ¿Y voy a comer jamón crudo?".
Tito recuerda que además de entrenar físicamente a la primera de Villa Dalmine, hizo lo propio en la de Almagro y la de Almirante Brown. "Si algo aprendí del ascenso es que para tener aspiraciones, la columna vertebral del equipo tiene que estar conformada por jugadores que tengan experiencia en una categoría superior", confía. Su extensísimo currículum incluye un paso por el competitivo TNA (hoy Liga Argentina de Básquetbol) con el entonces Club Siderca, hoy Ciudad de Campana. "Sin pretemporada, no hay chances: el equipo tarde o temprano se va a romper. Por lo menos tenés que hacer dos semanas intensas para trabajar resistencia y luego fuerza. Después viene la parte de velocidad y reacción. Calculá que en promedio, un jugador de fútbol recorre unos 10 kilómetros, y el de básquet 5. Nadie que esté ahogado puede pensar, ni rendirle a su equipo. Por supuesto que a veces el talento suple el estado físico, pero son excepciones".
Tito, también fue Sub Director de Deportes en la gestión Dellepiane, y concejal en la gestión Giroldi. Entre otras cuestiones impulsó los talleres municipales de Ajedrez, el torneo de fútbol Pasión por mi Barrio ("era infernal, llegamos a mover 1500 jugadores por fin de semana") y las becas municipales destinadas a deportistas amateurs de alto desempeño.
Dicen que uno nunca olvida a su primer amor. Será por eso que desde hace unos meses se sumó como Secretario de la nueva comisión directiva del Independiente Atletic Club: "¿Y qué querés? Es como si fuera el patio de mi casa… tenía 8 años y ya estaba jugando a la paleta", dice levantando los hombros y con una sonrisa de resignación. "Por suerte, ya cerramos el conflicto judicial con el concesionario gastronómico anterior lo cual, junto con la pandemia nos había paralizado. Pero arrancamos de vuelta y con el pie derecho. Pronto se inaugura la nueva pizzería, y tenemos varias actividades deportivas y de danzas tercerizadas en los diferentes salones. Con las cuentas en orden, vamos a realizar tareas de mantenimiento e impulsar la escuelita de Paleta, y más adelante la de Bochas. También vamos a hacer vestuarios y otras mejoras. Lo importante es que el club siga vivo, cobije y forme a nuevas generaciones de deportistas, con todo lo que eso implica en términos de construcción de capital humano para nuestra ciudad: autosacrificio y superación, compañerismo, táctica, estrategia, velocidad mental, concentración, lealtad, ética, humildad, saber ganar y saber perder… en el deporte encontrás todo eso y mucho más".
Ya tiene 73 años y está retirado, pero todavía practica pelota paleta en su querido Independiente Athletic Club, a metros de su casa de siempre