El término refiere no sólo a la distribución de la información en una gran cantidad de nodos, sino también a una delegación atemporal de las decisiones en cada uno de ellos.
Esta semana se conoció la noticia del desplome de "Meta" en la bolsa norteamericana, debido a los malos resultados de su último balance. El descargo realizado por la empresa ante sus accionistas evidencia una realidad: se han reducido sus ingresos porque los usuarios consumen menos tiempo dentro de su servicio más lucrativo (Facebook). Las acciones de la empresa sufrieron así una caída del 25% en Wall Street.
Hubo además otra noticia acerca de el conglomerado "Meta" (prefijo de metaverso), aunque no relacionada directamente con su desplome en la bolsa: la caída del proyecto para la creación de su propia criptomoneda "Diem" (anteriormente Libra).
En tal sentido el cofundador de Twitter, Jack Dorsey, lanzó severas críticas hacia Mark Zuckerberg -fundador de Facebook- en relación a su proyecto Diem: "Fue una pérdida de tiempo". "Debería haber centrado sus esfuerzos en hacer que bitcoin sea más accesible para todos", dijo Dorsey; dejando clara su posición favorable hacia el Bitcoin.
Es que precisamente Dorsey renunció hace unos meses a su cargo de CEO en Twitter para dedicarse a su flamante conglomerado de empresas "Block" (casualmente prefijo de blockchain), lo cual le permitirá además dedicarse enteramente a la promoción de Bitcoin utilizando para ello gran parte de la estructura de sus empresas.
Sin embargo, resulta evidente que Mark Zuckerberg no estaría en condiciones de promover a Bitcoin, dado que es contrario a su propia naturaleza dominante. Parece hallarse frente a una disyuntiva: ha cambiado el nombre de su empresa a "Meta" en clara alusión al metaverso, a la vez que en la práctica su red social desprecia el ecosistema cripto, descartando su potencial de tokenización de objetos digitales, una función que resulta central en la mayoría de los nuevos proyectos de su tipo, dado que otorga identidad y vida comercial a los objetos en los mundos virtuales.
Por su parte, Facebook como red social ha quedado totalmente fuera en todo lo referente al mundo cripto, hace tiempo que los nuevos proyectos utilizan Twitter, Discord y Telegram como condición indispensable para la promoción y validación de sus comunidades, para el lanzamiento de las nuevas DAO, DApp, criptomonedas y NFT. Valga decir: Instagram, por su parte, es utilizado casi únicamente para la promoción de los NFT o tokens no fungibles.
Si bien la descentralización es la vedette conceptual detrás del Bitcoin, gran parte del mundo industrial, empresarial y comercial ha comenzado a adoptar la tecnología, aunque limitado al uso de la blockchain y algunas funciones derivadas de los sistemas descentralizados como lo es la tokenización. Tal es así que la utilización de ambas prometen grandes beneficios a la industria, especialmente en el control de procesos y el seguimiento en la cadena de suministros.
La tokenización en particular representa una digitalización de objetos de la realidad, como piezas únicas identificables en el ecosistema, con lo que se busca facilitar su administración mediante sistemas distribuídos, almacenando los datos en la cadena de bloques, cuya información resulta inalterable luego de ser registrada.
Incluso los medios tendrán su cuota de éstas tecnologías: existen proyectos que buscan la monetización del contenido de forma transparente y silenciosa, a través de navegadores especiales. La tokenización de artículos permitirá la suscripción inteligente, o la venta de ediciones digitales limitadas y exclusivas, corrigiendo así el eterno dilema de licuación del valor del contenido en los medios digitales.
Para comenzar a vislumbrar una "descentralización" como concepto adquirido, es necesario haber experimentado lo contrario: el poder centralizado. Dicho concepto nace por oposición y aversión al funcionamiento centralizado de los sistemas existentes. En tal sentido veremos cada vez más cómo las personas que han entendido el problema comienzan a rechazar toda centralización, adhiriendo entonces a su opuesto.
Un Banco Central, por ejemplo, prevé un necesario control y custodia de valores por parte del organismo, ofreciendo a cambio cierta seguridad y confiabilidad en el funcionamiento de todo el sistema. Sin embargo, tal configuración suele traer consecuencias indeseables como la falta de libertad, la sospecha de corrupción en la administración y el abuso del poder. En clara oposición a esa figura es que ha tomado forma el concepto de la descentralización en el caso del Bitcoin.
Es probable que desde la política se pretenda desvirtuar, asemejando el concepto "descentralizar" al neologismo "democratizar", pero ambos son muy diferentes. Mientras el primero hace referencia a un tipo de gobernanza indirecta, que busca evitar la intervención humana y/o institucional en las decisiones, reemplazando éstas por la automatización mediante contratos inteligentes, el segundo busca delegar el poder y la ejecución de los procesos de administración en personas elegidas a través del sufragio.