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» Este artículo corresponde a la Edición del domingo, 06/mar/2022 de La Auténtica Defensa.

Opinión:
Una condena ética y moral al malvado invasor
Por Mario Trila







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En su libro "Filosofía, ¿quién la necesita?", tras preguntarse qué puede hacer una persona cuando la situación del mundo la agobia, Ayn Rand advierte que la historia fue construida por minorías: movimientos intelectuales que han librado una "batalla filosófica".

¿Qué puede hacer uno? se titula el capítulo. Aborda la necesidad de actuar en su propio ámbito individual ante una situación condenable de acuerdo a sus principios éticos y morales. Ella advierte, sin embargo, que no hay forma de que una persona a través de sus actos produzca grandes cambios en la realidad. En su artículo del año 1972, luego añadido al libro, la autora menciona un ejemplo irrefutable: "Supongamos que usted fuera un médico en medio de una epidemia. De ninguna manera podría decir: ¿Cómo puede un sólo médico atender a millones de pacientes y restablecer la salud de todo el país?". Queda fijada entonces la premisa: cada persona puede contribuir, más no puede pretender cambiar toda la situación.

Cuando el mundo libre se encuentra conmovido ante las acciones de un déspota malvado, que utiliza su poder omnímodo para invadir un país vecino, asesinando personas y destruyendo propiedades mediante misiles comandados, o incluso acribillando transeúntes desde las formaciones que ingresan al territorio invadido con total impunidad, es menester contribuir con nuestra condena individual a semejante injusticia, atropello a la razón y agravio la dignidad humana.

Ahora bien, cualquier persona por compromiso, interés o simple demagogia podría salir a condenar una guerra injusta, pero la superficialidad no contribuye a una condena ética y moral del invasor. "Si a usted le interesa seriamente luchar por un mundo mejor empiece por identificar la naturaleza del problema", advertía Ayn Rand. Una condena debería tener un basamento intelectual y filosófico profundo, para defender la postura en caso de ser necesario. Además del malvado dictador e invasor, existen los "malvaditos" de pacotilla, hipócritas de siempre, que la juegan de buenos mientras defienden con argumentos maquiavélicos a los agresores, ebrios de siniestras ideologías.

"La batalla es ante todo intelectual (filosófica), no política. La política es la consecuencia final, la puesta en práctica de las ideas fundamentales", de ese modo la autora logra cimentar sus argumentos, conduciendo al lector hacia la filosofía objetivista, desglosando la misma en sus componentes fundamentales: metafísica, epistemología y ética.

Una condena ética no implica una condena moral per se. La ética suele delimitar lo deseable para la vida humana y sus instituciones en general, en cambio la moral viene a delimitar lo aceptable y condenable por cada individuo, en relación a las mismas cuestiones. Una persona podría tener una moral mucho más laxa que otra, y sin embargo ambas fundamentarlas desde sus propias convicciones. También hay personas con argumentos kantianos (basados en un "deber ser") cuyas premisas les han sido impuestas en algún momento y nunca han tenido la curiosidad o templanza para contrastarlas con sus verdaderas premisas.

La ética es de carácter universal, la moral es individual. "Lo moral es lo escogido, no lo forzado; lo comprendido, no lo obedecido. Lo moral es lo racional, y la razón no acepta mandamientos". En tal sentido, nuestra condena al malvado invasor debería tener sólidos argumentos éticos, porque ninguna persona que se considere humana podría estar a favor de un déspota que abusa de su poder político para conquistar un territorio en pleno Siglo XXI, asesinando a mansalva a personas indefensas e inocentes; y morales porque es menester contrastar la ética universal y humana con nuestras premisas personales, para defenderlas sine-qua-non en cualquier circunstancia, a capa y espada.

Los argumentos éticos son muy simples: el mundo libre condena a un violador de las libertades individuales y agresor de la propiedad privada. ¿Quién es el mundo libre? En primer lugar son los países (Estado-Nación) que respetan las libertades individuales de sus propios ciudadanos, que permiten la elección y renovación periódica de sus gobernantes, que aseguran la vida, libertad y propiedad mediante el ejercicio de una justicia objetiva, cuyo gobierno es de leyes, y no de hombres arbitrarios. Y en segundo lugar somos las personas que defendemos la vida, libertad y propiedad, incluso ante gobiernos que se corrompen y se vuelven arbitrarios o tiranos.

Por último, un párrafo dedicado a "los de siempre", que la juegan de buenos pero carecen de toda ética sólida. Los que confunden entre agresión y autodefensa, con el riesgo de terminar favoreciendo al agresor. Los que portan banderas ideológicas o nacionalistas y no dudarían en colocarse del lado incorrecto, porque así lo dicta su propia "doctrina". Incluso aquellos que se pasan de "pacifistas" y se colocan en el centro de todo el asunto, para condenar "la guerra" como una entelequia, ignorando la causa fundamental que es la defensa de la vida, libertad y propiedad de los individuos.


 
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