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» Este artículo corresponde a la Edición del domingo, 13/mar/2022 de La Auténtica Defensa.

Opinión:
El mandato ciudadano es limitar al poder del Gobierno
Por Mario Trila







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La naturaleza del poder es expansiva; toda concesión terminará perjudicando aquello que pretendía solucionar: acotar al poder político es corolario para la solución de una gran cantidad de problemas.

Le invito a usted, estimado lector, a realizar un simple ejercicio: piense en un problema actual, cualquiera, e intente encontrar las causas del mismo. Verá que, según su tipo de pensamiento, terminará culpando al "capitalismo" o al poder político... Ésta última dicotomía, según la forma de pensamiento individual, resume un problema típico de la política: la construcción de falacias -enormes relatos, dogmas o doctrinas, comunmente llamadas ideologías- que terminan justificando los prejuicios.

Quienes acusan la existencia de un gran poder en el "capitalismo" suelen justificar el estatismo y el avance del poder político por sobre la economía, para intervenir o regular la actividad privada. Ven con buenos ojos cualquier tipo de coacción, estatal o paraestatal, sobre las empresas, en especial sobre las que denominan "multinacionales". Observe cómo ellos buscan limitar -o acotar- a un supuesto poder que atribuyen al "capitalismo", dando mayores concesiones y otorgando más poder al Estado. Son estatistas.

En el lado opuesto nos ubicamos quienes identificamos la mayoría de las causas en el poder político. Vemos con malos ojos que el Estado avance sobre la economía y por ende sobre los privados. No entraremos aquí en la típica disyuntiva liberal-libertaria entre el "Estado mínimo" o su abolición. El Estado existe, no puede ser abolido por lo tanto la visión "anarco-capitalista" queda completamente descartada en el presente análisis. Abogamos por un Estado mínimo, acotado, con poderes limitados. Aceptamos el marco institucional que provee el Estado, mediante el cual se construye una sociedad libre con cierto grado esperable de seguridad. Un Estado ideal sería aquel que provee únicamente Seguridad y Justicia, en el marco de igualdad ante la ley; que no interviene en ningún aspecto de los asuntos económicos. Como decía Ayn Rand: "Un capitalismo laissez-faire, con total separación de Estado y Economía, de la misma manera y por las mismas razones que existe la separación entre el Estado y la Iglesia". Somos liberales.

En el medio están los socialdemócratas. Apaciguadores, pretenden quedar bien con Dios y con el diablo, para lo cual se ubican en el centro de cualquier conflicto. Lo hacen sin asumir ninguna de las partes pero mostrándose preocupados por la situación. Son "demócratas", suelen llevar el método de votación al extremo, licuando así las responsabilidades. Existe un enorme riesgo que implica éste tipo de posiciones: un riesgo ético y moral. Si una mayoría vota algún tipo de ejecución sobre las personas, las empresas o la propiedad privada, ellos estarán de acuerdo, dado que es resultado de una votación... Imagine usted hasta dónde podría llegar tal despropósito en el ámbito de un poder político sin límites. Una cínica ingenuidad política. Son socialdemócratas.

El estatista es básicamente anti-liberal. El socialdemócrata puede derivar en estatista. Ambos tienden a ser colectivistas. Un liberal, en cambio, es filosóficamente individualista y anti-estatista. Ser individualista no es literalmente aislarse, tampoco es tener fobia a la sociedad, se trata de una posición filosófico-política.

El ciudadano es el habitante natural de la república. Esta última representa la convivencia armónica entre los individuos -devenidos en ciudadanos- versus el poder político establecido como una forma de gobierno limitada. Pero ¿quién limita al Gobierno?. Los mecanismos son variados, tenemos por un lado la "división de poderes", con lo cual cada uno -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- controla y limita de algún modo al resto. Luego está la "Prensa" como cuarto poder, cuestión que en nuestro tiempo se ha ampliado a "medios", sumándose así en un supuesto quinto poder, cuya existencia tácita -la opinión pública- ha llegado a ser representada de forma real mediante las redes sociales.

Así las cosas, el mandato ciudadano en una república es acotar -o limitar- al poder del Gobierno. Precisamente, la confusión en la que caen los estatistas, es pensar que el Gobierno fue creado para limitar al individuo, controlando su economía mediante el poder del Estado; nada más alejado de la realidad. Un Gobierno está ejercido por personas. La igualdad ante la ley es la clave del sistema republicano. Todos, inclusive los gobernantes, somos iguales frente a la Ley. Ayn Rand en su libro "Capitalismo, el ideal desconocido", en el apéndice "La naturaleza del Gobierno", advierte que la Constitución fue concebida y diseñada para limitar y restringir al poder político, no a la inversa: El Estado fue instituido para proteger a las personas de los criminales y la Constitución fue redactada para proteger a los individuos de los abusos de poder del Gobierno.


 
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