Opiniones Ciudadanas:
¿Cuándo escribimos o informamos, estamos cumpliendo realmente con lo que necesita la sociedad que vivimos?
Las formas en las que presentamos las cosas, que queremos trasmitir al público cautivo de los medios de difusión en los cuales volcamos nuestros pensamientos, más de una vez se trasforma en un boomerang que retorna hacia nosotros con respuestas que muchas veces son incompatibles con nuestros pensamientos. El querer usar el off para mostrar algo en parte de la pantalla de un televisor mientras las palabras dicen lo contrario, provoca una aversión que rechaza en el veedor la consistencia de lo que se escucha decir verdaderamente en la noticia, distrayendo al receptor de la realidad. Pensemos un poco, si estoy mostrando la pobreza existente en un área determinada de un país, no puedo subliminal con las palabras un ensayismo sobre una comedia musical. Cuando se ve esto es como que se diluye el mensaje o se le atribuye otro contexto. Reacción de un oyente normal: se cambia el canal.
Trasladándonos a otro medio, el gráfico, que es ¿o era? el llamado de los títulos; nunca va a perder su vigencia, por ser solo el impreso y el lector, y se diría que tiene a su vez un plus de público, el virtual.
No se termina de leer ni se entiende el mensaje de una columna, cuando el título no condice con el contenido.
Todo lo antedicho determina que debe existir una forma de interpretación de una noticia para lo cual deben considerarse los siguientes aspectos principales de su escritura, basados en la organización de la información, la narración de los hechos y la opinión objetiva de su autor y el uso correcto del lenguaje empleado.
Esto salta muy fácilmente a la vista en principio, en la estructura de una noticia donde debe estar definido, en las más importantes, el antetítulo, su titular, subtítulos, introducción, lo que se considera el cuerpo principal de la noticia, una ilustración alusiva y el pie de foto.
Finalmente, para poder juzgar al periodista o columnista que se está leyendo, toda noticia necesita incluir las respuestas a las siguientes preguntas que en todas las escuelas periodísticas se consideran el vademécum de la noticia: Qué ha sucedido; Quiénes son sus protagonistas; Dónde ha sucedido; Cuándo ha sucedido; y por qué ha sucedido.
Se debe buscar la claridad de los conceptos vertidos en las palabras; evitar la "doble interpretación", de las cuales todos los días vemos en fallos judiciales que permiten salir al delincuente y muchas veces culpar al inocente. "Luchemos por la verdad, con la verdad."