Esto de andar haciendo un curriculum vitae no me gusta para nada, me parece algo totalmente injusto, porque no refleja en lo absoluto lo que en verdad uno la luchó. Por ejemplo, se pone "Secundario completo", pero no aclara lo insoportable que fue la de matemáticas o lo apasionante de las clases de física. El CV habla genéricamente, no refleja nuestra real carrera de vida. Tengo que poner, sin más remedio, inglés nivel inicial y no da para aclarar que no tuve tiempo, que nunca se dieron las circunstancias para completar un curso de inglés. Ya estaba terminando la segunda hoja de mi curriculum, pero lo sentí un poco flaco, entonces, le agregué descaradamente, taller de pintura y apasionado al cuidado del medio ambiente. Le agarré el gustito a esto de crear mi curriculum y le sumé una foto con algunos efectos, en la que todavía me asombro lo lindo que quedé. Y me acorde cuando en la casa de la nona jugábamos a Marco-Polo. Había dos reglas básicas, el que buscaba no tenía que abrir los ojos y los otros no podían salir de la pileta.
El problema era que la pileta no era muy grande y nos encontrábamos bastante rápido, entonces, para hacer un poco más entretenido el juego, cuando el que nos buscaba se acercaba, nos sentábamos en el borde de la pile y sacábamos los pies, cuando se alejaba, enseguida entrábamos de nuevo en la pileta. Si los hacíamos bien, el que nos buscaba abría los ojos para intentar retarnos por salir de la pileta, pero lo retábamos nosotros por abrir los ojos. Era divertido, hacíamos trampa y encima retábamos al que quería poner orden al juego. Tanto jugar como hacer un buen curriculun es una tarea sutil, es fina la línea entre la trampa y la ocurrencia.