En este tiempo, para muchos el denominador común ha sido un tiempo de tristeza, depresión, duelo, o pruebas, donde algún dolor intenso ha atravesado sus vidas (separaciones, pérdidas, frustraciones).
Estas situaciones nos llevan a profundizar sobre el tema. El duelo o depresión, es un padecimiento emocional intenso, de profunda angustia y ansiedad, y puede producir alteraciones en nuestro ser, físico, mental, emocional, social y espiritual.
No solo nos afecta la pérdida de un ser querido, puede ser la pérdida de un empleo, conflictos familiares, traslados, y demás. Son procesos que hay que atravesar y superar, seguramente nada será igual que antes, hay que hacer el duelo de lo ocurrido, y eso lleva tiempo, para renovar fuerzas, para adaptarse a un nuevo tiempo.
Pero si confiamos en Dios, tenemos esa esperanza, y esa confianza, Él será nuestra ayuda y nuestro consuelo, y Él nos sacará adelante, si nos tomamos de su mano.
Por la noche vendrá el lloro y a la mañana vendrá la alegría. (Salmo 30:5)
Inclina a mí tu oído, líbrame pronto (Salmo 31:2)
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia (Salmo 31:9)
Claman los justos, y Jehová oye, y los libra, de todas sus angustias (Salmo 33:17)
Algunas personas cuando pasan por este momento buscan ayuda en otros, pero nada alcanza. La mejor manera de sanar el duelo para los cristianos es atravesándolo aferrándonos a Jesús, es experimentando y expresando los sentimientos que van surgiendo durante el proceso, en tanto nos vamos adaptando a la nueva realidad, es importante tener ese diálogo sincero y franco con nuestro Padre celestial, y allí Él se manifestará ante nuestra oración. Él nos dice;
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga". (Mateo 11:28-30)
El Señor Jesús trae paz, y consuelo. El trono de la gracia siempre está disponible.
El Señor conoce cada una de nuestras batallas, situaciones difíciles que se nos presentan inesperadamente, y nos hieren, nos lastiman, nos duelen… Situaciones que nos quitan las fuerzas… Sin embargo, con El, podemos experimentar que ¡No estamos solos! ¡Él es quien nos libra! ¡Él es quien nos rescata! Él conoce nuestras luchas y nunca nos abandona. Nuestro corazón tiene que alentarse, sabiendo que cada lucha, cada prueba, es una oportunidad para aferrarnos más a Él, debemos aprender a confiar más en nuestro Dios.
La clave para estar animado es "creer" y "confiar". - Confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33) - Estoy con ustedes hasta el fin. (Mateo 28:20)
Te animo a levantarte y seguir. Dios nos va librar de todas las aflicciones (Sal 34:19)
¿Quieres saber más de Jesús, el que puede ayudarte a levantarte y seguir?
¡Búscalo!, busca a Dios, y/o contáctate con un cristiano y/o una iglesia que enseñe de Cristo y La Palabra de Dios. "La Biblia". ¡No te arrepentirás!
¡Dios te bendiga! ¡Hasta la próxima semana!
Silvia Gerard
Varela 447 (ex.Rivadavia) - Campana - Tel. 03489.427296 - luisgurodas@yahoo.com.ar