Dado el gran uso de la palabra "democracia", sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho a elegir de ese pueblo el nombrar y controlar a sus gobernantes, instaurando una democracia participativa, y con la demostración que el poder lo mantiene el pueblo y solo lo da en administración para un gobierno por medio de representantes electos, en quienes delegaron ese poder. Debido a ello, se ha desarrollado un estudio desde su inicio de este sistema de gobierno de lo cual surge lo siguiente durante el tiempo de su nacimiento hasta la fecha.
Aristóteles consideraba que la democracia era una desviación demagógica, puesta al lado de la oligarquía y de la tiranía como formas perversas de gobernar las ciudades del régimen republicano. Escribió, "Los decretos del pueblo son como los mandatos del tirano", porque pasan siempre por encima de las leyes válidas para todos los ciudadanos. Eso es culpa de los demagogos, agregaba, que resuelven los asuntos públicos con el apoyo de "una multitud que les obedece". Curiosa coincidencia con actuales usos de los gobernantes.
Mucho tiempo después, a fines del siglo XVIII, Kant escribió casi exactamente las mismas palabras: "la democracia es necesariamente un despotismo", porque las multitudes no están calificadas para gobernar con la razón sino con sus impulsos. Y todavía en el primer tercio de su siglo, Ortega y Gasset seguía quejándose de la "rebelión de las masas" como un mal signo para el futuro, con la frase "Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo", aparecida en Meditaciones del Quijote. Sin llegar a grandes estudios filosóficos, hablando en otros términos, la realidad circundante "forma la otra mitad de mi persona". Y la reimpresión de lo circundante es el destino radical y concreto de la persona humana.
El ser humano se encuentra inmerso en su propia naturaleza, que le presenta distintos conocimientos de su estado físico y mental por lo cual queda insatisfecho. Al querer satisfacerlas es que crea la técnica de este autor, definida como la reforma que el hombre impone a la naturaleza para lograr sus necesidades.
El hombre es un ser que se encuentra inmerso en una circunstancia (podríamos llamarlo su propia naturaleza), la cual le presenta distintas concepciones de su estado físico y mental. Por lo tanto, deja al hombre la misión de satisfacerlas. En el cumplimiento de tal tarea, agrega Ortega, es que el hombre crea la técnica, que, según este autor, podemos definir como "la reforma que el hombre impone a la naturaleza para lograr la satisfacción de sus necesidades". Para Ortega y Gasset el hombre es como un "ser compuesto de realidades circunstanciales creadas por la falta de transparencia en la forma de pensar y en el sedentarismo como fuente inspiradora, olvidándose las personas de actuar con sensatez, prudencia y acierto.
Sensatez, prudencia y acierto. Estas tres palabras que se amalgaman para conformar la palabra "sabiduría", a la que se debería agregar humildad, igualdad y sentido común es la única posibilidad de lograr que se pueda legislar y adecuar al mundo moderno en libertad, igualdad ante la ley, reconociendo que no hay ciudadanos de primera o segunda, sino que somos todos iguales ante la ley y preocuparnos de las verdaderas necesidades de nuestro país. Necesitamos del mundo republicano y democrático, (sin los vicios de la democracia) y con la apertura de nuestros fronteras económicas para levantar nuestra economía. Basta de irrelevantes revanchismos que ya hicieron su historia y hoy se quieren mantener continuando sus negocios y empobreciendo a nuestro pueblo. Que brillen los cerebros de nuestra política y nuestra economía y terminemos con nuestro despotismo con nosotros mismos y con el resto del mundo.-
