Le hemos damos la bienvenida a una nueva estación del año, la primavera, la cual trae consigo cambios en nuestras rutinas, dado que los días se alargan, la temperatura aumenta y nuestro ánimo parece reflorecer.
Puede que nos sintamos motivados a pasar mayor tiempo al aire libre, ejercitando nuestro cuerpo ya sea en caminatas o actividades recreativas. La alimentación también puede variar, pasamos de comidas de alto valor calórico a mediano.
Esto nos puede llevar a reflexionar sobre cómo nos estamos alimentando. Cómo nos estamos nutriendo, pero no solo en el plano físico, sino también en el espiritual.
Obtenemos la mayor fuente de "calorías" a través del tiempo que pasamos con Dios, ya sea en oración, adoración, acción de gracias y alabanzas, y es en la confesión de nuestros pecados, y arrepentimiento donde podemos reiniciar nuestro conteo de calorías desde cero; correr hacia Cristo, cuando nos equivocamos, es sin dudas la mejor decisión; "Todo el que con arrepentimiento cree en el (Cristo) recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados", (Hechos 10.43)
La Biblia, para los cristianos, podría considerarse como un "manual de cocina", inspirado por el Espíritu Santo, que contiene todas las recetas y con el "ingrediente" fundamental: "Cristo". Puede que de los 66 libros y cartas que hay en la Biblia, algunos nos resulten más amenos que otros a la hora de leerla, pero todos, absolutamente todos, tienen una finalidad, resaltar la necesidad de alguien que nos reconciliara con Dios: Cristo. Es decir que, revela ("alerta spoiler"), para quien no la haya leído, el comienzo, el centro y el final de este maravilloso libro se trata de Cristo.
Como cristianos también podemos encontrar infinidades de medios para estudiar la Palabra de Dios; existen discipulados, cursos, seminarios. También en los diferentes medios de comunicación solemos encontrarnos con versículos transcriptos o bien parafraseados.
Las redes sociales, bien utilizadas, son un instrumento valioso para esparcir la Palabra de Dios, entendiendo que es obra del Espíritu Santo que llegue a los corazones de las personas y crecer espiritualmente.
El congregarse, es decir, reunirse para orar, los grupos de estudios, la asistencia a las reuniones en los templos es necesario, dado que el crecimiento espiritual no se da en soledad, al contrario, el vínculo con otros hermanos en la Fé es prioritario para fortalecernos y lograr la restauración del reino de Dios.
En resumen, en nuestra dieta diaria espiritual, debemos incluir tiempo de calidad con Dios, de oración, de lectura de la Biblia, de confesión y arrepentimiento de nuestros pecados y el compartir con otras personas, tanto cristianas como no cristianas, porque nuestra misión es anunciar las buenas noticias de la nueva vida, que podemos obtener a través de creer en Jesucristo y seguirlo.
Pidamos al Señor sabiduría para poder ser buenos administradores de nuestra alimentación espiritual para que podamos vivir la previa al banquete celestial como si ya estuviésemos allí.
"Mira que estoy en la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo". (Apocalipsis 3.20)
¿Quieres saber más de la dieta espiritual para estar bien con Dios?
¡Búscalo!, y/o contáctate con un cristiano y/o una iglesia que enseñe de Cristo y La Palabra de Dios. "La Biblia". ¡No te arrepentirás!
María Victoria Paredes
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