Desde mi mas tierna infancia, a través de mi padre, aprendí a respetar, admirar y apreciar muy especialmente, a una familia muy tradicional de Río Luján, una familia cuyos integrantes ostentan los titulos mas importantes que pueda ostentar una persona honradez, humildad, respeto y tradición me estoy refiriendo a la familia Cordero y mas precisamente a la de Don Acacio Inocencio Cordero y su esposa Doña Presentación Honoria Palacios.
El apellido Cordero esta en nuestros pagos, en lo que yo he podido averiguar desde las primeras décadas del siglo diecinueve, de igual manera el apellido de su esposa Palacios.
Los padres de Don Acacio fueron Rosa Cordero, y Martiniana Ponce de León, quienes trajeron al mundo a Rosa, Tiburcio, Higinio y Acacio, este ultimo nació el 28 de julio de 1876, los padres de Doña Presentación fueron Manuel Palacios y Doña Pilar Rimor tengo mi el certificado de bautismo de doña Presentación donde se puede comprobar que era nacida el 21 de noviembre de 1877 y que el 16 de diciembre del mismo año fue bautizada en la parroquia de Exaltación de la Cruz siendo sus padres Francisco Zaracho y María Jarilon el cura párroco de aquel entonces era el padre Saturnino Asumendi.
Del matrimonio conformado por Don Acacio Cordero y Presentación Palacios nacieron Rosa en 1901, y que falleció muy joven el 21 de diciembre de 1919, en 1902 Felipe, Apolinario nació en 1904, en 1906 Juana, 1907 Acacio, 1908 Amaro, 1910 Presentación, 1912 Pedro, 1914 Inocencia, 1916 Rosa Segundo, 1917 Higinio, y en 1920 María.
La familia Cordero- Palacios vivía muy cerca del antiguo almacen de Di Carlo luego Coletta, Don Acacio trabajaba en la estancia de Patricio Linch Pueyrredón que estaba a pocas cuadras de su casa, pero sus trabajos eran los arreos de animales y por tal motivo, era muy frecuente que se ausentara varios meses de su casa porque debía traer, o llevar ganado a las otras estancias de la familia Pueyrredón, por ejemplo la de Santiago del Estero, o Córdoba, y algunas del sur de nuestro país como sabemos estos viajes se hacían por vía terrestre y a caballo lo que demandaba mucho tiempo.
Las Largas ausencias no eran obstaculo, para desatender la educación de sus hijos en las mas puras tradiciones y cuando digo educación no me estoy refiriendo a la instrucción escolar (por la que también se preocupo) sino a la otra a la de saludar con la cabeza descubierta, la de no interferir la conversació del padre; a no tutear ni a lospadres ni a los mayores, a no fumar delante del padre aunque ya tengan cuarenta o cincuenta años, a no decir una palabra mas alta que otra en una conversación, a pedir la bendición del padre antes de irse a dormir, todas estas costumbres eran frecuentes en las familias criollas de antaño y de esto seguramente quienes peinan algunas canas pueden dar testimonio, cuanta diferencia con las generaciones actuales que se titulan mas evolucionadas, en que se han perdido todos los valores, faltando totalmente el respeto a los mayores y a los padres, tuteando a todo el mundo, encerrando a los padres en geriátricos cuando comienzan a tener problemas de salud, etc, tendriamos que repensar en que hemos evolucionado seguramente lo hemos hechos en lo tecnológico pero en cuanto a nuestra relación con los demas hemos regresado muchos siglos en el tiempo, por eso la familia Cordero para mi ha sido un modelo a imitar y cuando hablo de ellos recuerdo siempre unos versos del mayor poeta criollo que para mi fue Martín Castro que en algunas partes del mismo dice, -Nunca el Criollo analfabeto/trato a su padre de che/siempre lo trató de usted/con sacrosanto respeto/ese culto ese concepto/por la raza trasmitido/es un credo bien sabido/por la familia rural/hoy un mocito estudiante/que aspira ha ser un letrao/se cruza por nuestroi lao/sin mirarnos a la cara/lo mesmo que si costeara el poste de un alambrao/si esta es la evolución/en el mejor de los casos/no lo cambio por los guasos de mi vieja tradición.
En lo que respeta a la tradición rural, recuerdo las yemas que se hacian todos los 1 de mayo reuniendo a todos los hijos ya casados y que vivian en la Capital, ademas de amigos y vecinos donde se rendía culto al criollismo en todas sus manifestaciones, pensar que hoy muchos se las dan de criollos porque toman una copa de mas y sacan el cuchillo para pelear, estas eran familias criollas en que el respeto se manifestaba tanto con los mayores, como con los niños.
Doña Presentación falleció el 21 de febrero de 1964, a los 86 años de edad, y Don Acacio el 20 de mayo de 1966 a los 90 años de edad sin haber dejado nunca de ocupar el lugar de privilegio, que meritoriamente ocupo en su hogar.
Con este ejemplar y tradicional matrimonio Río Luján perdía uno de sus máximos exponentes y quienes los hemos conocido tanto a ellos como a sus hijos, guardamos el mejor de los recuerdos.
Hasta el próximo encuentro en que seguiremos desempolvando recuerdos de mi querido Río Luján.
bolzantangocol@ubbi.com