Buenos Aires (Especial de NA) -- El 2011 presenta para el Gobierno nacional un panorama económico que, sin crisis a la vista, plantea de todos modos una serie de desafíos de coordinación de variables y de administración de conflictos surgidos de una situación de "abundancia" relativa.
Miguel Bein, titular de la consultora que más veces ha acertado pronósticos económicos en los últimos años, destacó en declaraciones recientes a la prensa que en el país hay "sobrantes de divisas llegando casi al pleno empleo".
Resaltó que se trata de una situación "inédita" en las últimas décadas y que es "la primera vez que pasa desde 1929".
Los números son contundentes y marcan también que las buenas noticias en materia económica requieren a su vez de nuevas decisiones.
Por ejemplo, el mes pasado, la utilización de la capacidad instalada industrial se ubicó en el 83,4 por ciento, el registro más alto desde el 2002.
¿Cómo puede hacer el país para levantar esa vara y que los nuevos proyectos de inversión impliquen mayor capacidad industrial?
Más alarmista, el titular de la Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi, afirmó en declaraciones televisivas que "la Argentina ha crecido en estos últimos años a tasas asiáticas mientras la inversión ha crecido a tasas africanas, eso trae aparejado inflación".
Llaman la atención las afirmaciones de Gabbi a la luz del último informe de la consultora de Orlando Ferreres -no siempre elogioso de las políticas oficiales-, que indicó que la inversión alcanzó el nivel más elevado en los últimos años.
De acuerdo con Ferreres, las inversiones en el país totalizaron 7.168 millones de dólares en noviembre pasado una cifra que superó en un 3 por ciento a la de octubre.
De esa forma, en lo que va de 2010, la inversión acumula una expansión del 14,9 por ciento en comparación con los primeros once meses de 2009, según destacó.
Así, los niveles de inversión aparecen como más altos que nunca, pero en una economía en expansión habrá que preguntarse si son suficientes para morigerar nuevas tensiones.
La cuestión inflacionaria estará en el centro de la agenda de 2011, pero todos los expertos aseguran que no puede haber una "disparada" de variables con el nivel de reservas internacionales récord con el que cuenta la Argentina.
Bein destacó que si se concreta el pacto social impulsado por el Gobierno nacional entre empresarios y gremios, la inflación puede caer "cinco puntos" el año próximo.
De todos modos, habrá que ver cómo se resuelve y si es posible administrar la llamada "puja distributiva".
El experto advirtió que "Argentina está aumentando los salarios en dólares, nominales, este año al 18/19 por ciento en dólares".
"En ningún país los salarios en dólares aumentan 17 por ciento por año todos los años", admitió Bein, quien señaló que ahí debe buscarse la razón de por qué "no hay inversiones en bienes transables, en fábricas, de proyectos para exportar".
Razonó: "Si a la Argentina le va tan bien y tiene un escenario internacional tan bueno, es que con salarios creciendo 17 por ciento en dólares, quién puede hacer un flujo de fondos para evaluar un proyecto de inversión a 5 años".
En tanto, en declaraciones al diario Ámbito Financiero, el economista Ricardo Delgado, director de Analytica, adelantó que "2011 será en lo económico muy parecido a 2010. Se mantendrá el elevado crecimiento del Producto (cerca del 6 por ciento) y el consumo privado volverá a ser el motor de corto plazo de la demanda agregada, sostenido por la inyección salarial y de gasto social".
Delgado consideró, sin embargo, que "los desequilibrios se siguen acumulando" y que "no es trivial crecer con una inflación del 25 por ciento al año junto a un atraso cambiario progresivo".
Deberá ser entonces la iniciativa del Gobierno la que dirima los conflictos y administre los "desequilibrios".
Probablemente opte por hacerlo con el estilo que impuso desde 2003: sin que se esperen cambios bruscos ni las catástrofes que anuncian algunos economistas no muy preocupados por los pronósticos prudentes.
En ese contexto, el aumento de la actividad, el empleo y el consumo alejan al país del tipo de tensiones que tenía hacia 2001, pero esa situación no evita que se acumulen renovadas demandas.
Más allá de que los actores políticos quieran llevar la situación hacia uno u otro lado, el reclamo de trabajadores de la ex línea Roca para pasar a "planta permanente" y la de vecinos de Villa Soldati para tener una casa propia revelaron que cumplido el piso de contar con empleo, mucha gente quiere poner sobre la mesa nuevos reclamos por mejoras en la calidad de vida.
Acceder a una vivienda, un transporte de calidad, servicios de educación, salud y seguridad con pisos mínimos en las prestaciones volverán a estar en la agenda pública en 2011.
El gobierno de Cristina Kirchner tiene logros para mostrar en todas esas materias y dependerá de su gestión convencer al electorado que puede dar nuevos saltos de calidad que impacten de manera positiva en la vida cotidiana.