Estimados lectores, hoy seguiremos conversando sobre la historia y la mística del Movimiento Scout, que está próximo a cumplir 75 años en Campana.
El fundador del Movimiento Scout, Sir Robert Baden Powell, decía que la mejor manera de ser feliz es haciendo felices a los demás. Y por ello, incluyó entre las responsabilidades del Scout hacer una buena acción todos los días.
Esta Buena Acción no representa necesariamente algo extraordinario. Es la obligación diaria de realizar un gesto o brindar ayuda a alguien que lo necesite. No importa el tamaño o el lugar de la Buena Acción, sino el espíritu con que se haga.
Para todos los Scouts de Argentina el 5 de septiembre se celebra el día del Scout y de la Buena Acción diaria.
Les voy a narrar una historia, ligada a esta Buena Acción, que representa un buen ejemplo de que, sin importar la magnitud o el lugar de la Buena Acción, esta puede tener efectos importantes.
Era el final del otoño de 1909. Durante el día, la ciudad de Londres había estado sumergida en una niebla espesa que prácticamente había detenido todo el tránsito y la actividad comercial de la capital británica.
Un publicista norteamericano, el Señor Boyce, de la ciudad de Chicago, tenía dificultades para encontrar una dirección en el centro de la ciudad. Se había detenido debajo una de las lámparas de la calle para orientarse mejor, cuando de repente apareció un muchacho entre la niebla.
-¿Puedo ayudarlo señor? - preguntó el muchacho.
-Ya lo creo que sí - dijo el sSr. Boyce. - Quisiera que me indicaras cómo llegar a esta dirección...
-Yo lo llevaré ahí señor -, dijo el muchacho, y se encaminó en la dirección deseada por el Sr. Boyce.
Cuando llegaron al lugar, el Sr. Boyce buscó en sus bolsillos algunas monedas para dárselas de propina, pero antes de que tuviere la oportunidad de ofrecerlas el muchacho le dijo:
-No señor, muchas gracias, soy Scout, y un Scout no acepta nada por ayudar a alguien".
-¿Un Scout? ¿Y qué es eso? , preguntó Boyce.
-¿No ha oído hablar de los Boy Scouts de Baden-Powell?
-Cuéntame de ellos - dijo el Sr. Boyce.
Así es que el muchacho le contó al norteamericano sobre de él y sus hermanos Scouts.
El Sr. Boyce quedó muy interesado y después de terminar sus negocios, le pidió al muchacho que lo llevara a las oficinas de los Boy Scouts Británicos, donde desapareció el muchacho.
En la oficina, el Sr. Boyce conoció a Baden-Powell, el famoso general inglés que había fundado el Movimiento Scout hacía dos años. Boyce quedó tan impresionado con lo que Baden-Powell le dijo acerca del Escultismo que decidió llevarlo a su país cuando regresó de Inglaterra.
¿Qué pasó con el muchacho que ayudó a Boyce? Nadie lo sabe. Nadie volvió a oír de él. Sin embargo, nunca se le olvidó. Los Scouts de EE. UU. regalaron al Centro Internacional de Adiestramiento, el Parque de Gilwell, en Inglaterra, una hermosa estatua de un búfalo americano, con una simple inscripción que dice:
"Al Scout desconocido quien en su lealtad al diario cumplimiento de la Buena Acción, hizo posible traer el Movimiento Scout a los Estados Unidos de América".
Así, una buena acción a un hombre, se transformó en una Buena Acción a millones de muchachos. Algo que a simple vista parecía una cosa pequeña terminó siendo el eje del inicio del Escultismo en Estados Unidos.
¿Les interesó la historia? Espero que sí. Prueben ustedes mismos, traten de hacer algo bueno por alguien cada día, y seguramente recibirán resultados inesperados…
¡Hasta el próximo domingo!
SIEMPRE LISTO PARA SERVIR,
OSO BLANCO