La extensión de la crisis financiera internacional que dio sus primeras señales en 2007 derivó en cambios en el mapa comercial global y un aumento de las acusaciones de "proteccionismo" a uno y otro lado del globo.
Es en ese contexto en el que se dan las disputas que enfrentan a la Argentina, los Estados Unidos y la Unión Europea ante la Organización Mundial de Comercio. En su último informe de junio pasado, la organización Global Trade Alert, que monitorea este tipo de conflictos en todo el mundo, advirtió que durante los últimos meses se había registrado un "constante" aumento de las "medidas proteccionistas" en todo el mundo.
"Al menos 110 medidas han sido implementadas, 89 de las cuales fueron impuestas por miembros del G20", destacó la entidad, que calculó un aumento del 36 por ciento de este tipo de acciones entre 2010 y 2011.
Según evaluó, en un año, los intereses comerciales chinos fueron "dañados" en 105 oportunidades en un período de tres años y los de los Estados Unidos 197 veces.
"Los países del G20 son responsables del 66 por ciento de todas las medidas proteccionistas tomadas desde noviembre de 2008. Esa proporción alcanzaba el 60 por ciento en 2009. Para 2011 se había elevado al 75 por ciento", alertó la entidad.
En un ranking realizado por esa organización, la Argentina lideró las mediciones en cuanto a "sectores afectados" por medidas acusadas de discriminatorias. Pero la Unión Europea y Rusia lo hicieron en el caso de cantidad de medidas adoptadas, en tanto que Viet Nam, Venezuela, China y la Unión Europea, entre otros países lo hicieron en cuanto a los tipos de productos afectados.
Por otra parte, también China, y la Unión Europea, junto con Holanda, Alemania, India y Finlandia, entre otros países, fueron los países más proteccionistas del mundo si se toma en cuenta el criterio de la cantidad de socios comerciales afectados por sus medidas.
Apenas el mes pasado, la Unión Europea salió a criticar a Rusia por una serie de medidas proteccionistas que incluían en particular la prohibición de importar animales y una nueva tasa aplicada a la importación de vehículos.
En un discurso de junio pasado, el titular de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, reprendió a buena parte de la comunidad internacional por la actual situación, desde su visión ligada al "libre comercio".
Criticó un "claro regreso de la retórica proteccionista, declaraciones a favor de las políticas de sustitución de importaciones, medidas administrativas más o menos transparentes, reducciones impositivas, subsidios, preferencias domésticas".
"El proteccionismo es como el colesterol -argumentó- la lenta acumulación de medidas restrictivas al comercio desde 2008, que ahora cubre el 3 por ciento del comercio de mercaderías mundial y casi el 4 por ciento del comercio del G20, puede llevar a que se tapen los flujos comerciales", advirtió.
En ese contexto es que hay que entender la demanda del gobierno argentino a los Estados Unidos ante la OMC por "impedir" el ingreso de carnes y limones frescos. Y también la presentación similar contra la Unión Europea, que derivó en respuestas inmediatas de ambos bloques en contra de la Argentina.
Mientras se extienda la crisis financiera global, probablemente estas no sean las últimas escaramuzas de este tipo a las que se asistirá.